Manifestación 10-03-2007 Hosted on
Zooomr
Bajo un mar de banderas fue como transcurrió, para mí, la manifestación de este pasado sábado por las calles de Madrid, en favor de las víctimas del terrorismo y contra de la política de negociación que el presidente Rodríguez mantiene con la banda terrorista ETA.
Me resulta imposible describir lo que sentí en esos momentos, pero podría calificarlo de… felicidad. Sí, felicidad; de repente un nublado cielo de tarde se inundó de colorido. Estaba envuelto en un auténtico mar de banderas. Había tantas que resultaba imposible ver unos pocos metros más allá. Reconforta ver a la gente orgullosa de sí, de su bandera, y de su país, aunque éste no se merezca el presidente que lo gobierna. Fue, como digo, un bello e inolvidable momento.
España es un país peculiar pues debe ser el único lugar de la tierra, donde un presidente de gobierno hace caso omiso de forma reiterada a las quejas de la mitad de la población, olvidando que desde su puesto tiene la responsabilidad de gobernar no sólo para quienes le dieron su voto, sino también para quienes no se lo dieron.
Un grupo de tres jóvenes franceses que había acudido para ver pasar la manifestación, contemplaba, con ojos inquisitivos y observantes, todo cuanto sucedía y se sorprendían, comentando en voz alta, de que el presidente de una nación como la española, pudiera ignorar las peticiones de tan ingente masa ciudadana. Es normal que les causara extrañeza, pues provenían de un país en el que con una manifestación de un millón de personas, la gente de a pié, consiguió cambiar una ley. Lo lamentable del caso español es que no hay un gobierno dispuesto a escuchar. Y digo yo, si no nos escucha, ¿para qué lo queremos?.
P.D.: Definitivamente hay que aplicar una reforma educativa pues, es en días como éste, cuando se ve que son muchos los que terminaron el colegio sin aprender a sumar.